A muchos tal vez no les guste esto, porque tal vez necesiten primero superar y vencer el enemigo # 1 del matrimonio: la falta de madurez.

Ambos, marido y mujer, esposa y hombre, SON RESPONSABLES DE QUE EL MATRIMONIO FUNCIONE. No solo la mujer. No solamente el hombre. (Y mucho menos los suegros de ambos lados, la familia, y los amigos de la pareja.)

RESPONSABILIDAD en este caso significa,  que tú trates  de hacer – hasta lo imposible – para que tu matrimonio funcione en todas las áreas.

Pero, ¿por qué tú y  no tu cónyuge?  Bueno, si tu cónyuge estuviera leyendo esto, entonces también entendería que la responsabilidad es de ella/él.  En realidad los dos tienen la responsabilidad de luchar hasta lo máximo para que “nada falte” en el matrimonio.

Si tu esposo es irresponsable e inmaduro, es responsabilidad de él cambiar, pero es tu responsabilidad hablar con él y tratar de que él entienda  su problema. Tienes que ser astuta e inteligente, sabia y encontrar la manera de que él lo comprenda y pueda captar lo importante que es para ambos solucionar problemas que se esté presentando.

No es imposible. Pero no puedes solamente orar a Dios y esperar a que Dios haga todo. La Biblia no enseña eso.

– Pues la Biblia dice “encomienda al Señor tu camino, confía en Él y Él hará… Dijo una vez una persona: así que, ya le encomendé todo a él, no tengo que hacer nada.

– Ahí está el problema (le contesté) tratamos de evadir toda responsabilidad.  Primero dijiste que la culpa era de tu marido. Y ahora la culpa según tú: si tu matrimonio no funciona,  es de Dios. No amiga,  tienes que agotar hasta lo último todos tus recursos,  mientras tu haces todo eso, DIOS VA A ESTAR OBRANDO.  Ese versículo que tu mencionas, se escribió en el contexto de la cultura judía/hebrea. He vivido entre judíos, y te puedo decir, que cuando menos los más ortodoxos y religiosos, son personas de gran esfuerzo personal.

Ellos no dejan piedra sin remover cuando quieren lograr algo. Es una vil mentira, que “a los judíos les cae solo el dinero o la bendición” nada más porque son judíos. No, no, no.  Ellos se esfuerzan en sus trabajos, en su educación, en su relación con Dios (conforme a su religión), y si les dices que Dios hará, ellos saben bien que a ellos les toca una parte que hacer.

Y más ahora, en el contexto después de la muerte y resurrección de Jesús, todos somos iguales. Dios va a bendecir tanto al marido como a la mujer, pero nuestra responsabilidad es tomar el matrimonio en serio, y esforzarnos en gran manera en nuestra educación, trabajo, relación familiar, y EN NUESTRO MATRIMONIO.

Por ejemplo, si tu esposo carece de educación sexual básica, pues hay que buscársela. Encuentra una manera honesta y limpia de que aprenda. Tomar una clase en tu iglesia o centro educativo, leer un libro de trasfondo bíblico, pero con consejos muy prácticos. Pero por favor, varón, mujer, no recurras a la pornografía  o tu matrimonio con el tiempo quedará peor.

También hay mujeres que no tienen conocimiento el área sexual y existen muchas otras áreas matrimoniales y familiares que pudiéramos mencionar, pero en cada una de ellas es nuestra responsabilidad agotar fuerzas y recursos en encontrar y aplicar una verdadera solución.

Un matrimonio en el cual hay madurez, verdadero amor y comprensión puede ser tan bello, y traer tanta satisfacción a la pareja en todas las áreas. Pero, desgraciadamente, muchos problemas quedan sin atenderse, o se atienden a medias, porque falta ese sentido de responsabilidad individual.

– ¡Ay sí! Ya sabía que ibas a terminar echándome la culpa a mí – dijo una persona que buscaba consejo.- Siempre yo, siempre yo, ¡Tengo la culpa de todo!

– Mira, no se trata de tomar actitud de víctima, o de auto lástima. Si esperas que yo te dé “unas palabras mágicas” para que tu matrimonio mejore, tú y yo sabemos que no es así. El ser miembro de una iglesia, (de la que sea), no es garantía de nada. No te conviertes en hamburguesa por entrar al McDonalds, así tampoco te haces una persona “transformada por Dios”, tan solo por entrar a una iglesia.

Tampoco un matrimonio sana tan solo con la  oración.  Se necesita que cuando menos uno de los dos cónyuges sea lo suficiente maduro, para tomar total responsabilidad. Y si los dos están conscientes y los dos se hacen responsables y luchan, y hacen cambios, y toman decisiones, pues mucho mejor.

Dios NO nada más, va a bendecirlos, los va a multiplicar. Dios requiere tu corazón. Rara vez Dios obra en contra de la voluntad del hombre. Si lo puede hacer, pero no todo el tiempo. ¿Por qué? Porque el quiere que tu bendición sea mayor. Te haces más fuerte y maduro cuando tu das el primer paso, y tomas decisiones transformadoras.

NO HAY PRETEXTO.  Uno de los dos tiene que tomar toda la responsabilidad de una manera madura, y enseñar al otro cónyuge cuál es su parte que le toca y que también es de el/ella TODA la responsabilidad, pero hacerlo con paciencia y con amor, aunque se tarde años.

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